El párroco de la iglesia La Resurrección, ubicada en el sector Ruiz Pineda de la Parroquia Caricuao, en Caracas, presbítero Pablo Urquiaga, dijo: “lo realmente importante es que se aproveche la ocasión para pensar y reflexionar sobre lo qué estamos haciendo con nuestras vidas y para que llevemos a Jesucristo en el corazón”.
Urquiaga exhortó a quienes van a la playa o la montaña durante estos días a aprovechar para meditar sobre la vida espiritual, “no sólo de pan vive el hombre. Necesitamos también alimentarnos de la palabra de Dios”.
Agregó que la Semana Santa es una oportunidad para revisar si estamos viviendo de manera egoísta o si por el contrario, somos solidarios con los hermanos, 'es la ocasión propicia para una revisión profunda de vida'.
“Estos días de asueto nos permiten atender a la familia, reconciliarnos con ellos y es la ocasión perfecta para lograr sacar tanta violencia de nuestras vidas”, dijo.
En este sentido, las distintas iglesias y parroquias en el país organizan una serie de actividades y celebraciones litúrgicas, para recordar algunos acontecimientos de la vida de Cristo, durante su vida pública, específicamente los relativos a los últimos años de su vida.
“Nosotros hacemos especial énfasis en que el ramo que se reparte ese día en la ceremonia es solo un recuerdo de que nosotros hemos aclamado y manifestado públicamente que reconocemos como único Dios a Jesucristo, rey de reyes y señor de señores, quien se montó en un burro para hacerse solidario con los más pobres del mundo de aquella y de esta época ”, destacó el sacerdote.
“Aunque lo proclamemos tenemos que dar testimonio. Si verdaderamente seguimos a Cristo debemos estar al lado de los humildes y ser solidarios con ellos”, agregó.
Urquiaga informó que en la parroquia Ruiz Pineda, el Lunes Santo se sostiene una celebración ecuménica (donde confluyen distintos credos).
Participan además de sacerdotes católicos, pastores evangélicos, adventistas, anglicanos y presbiterianos en la que reflexionan sobre la vida nueva que Jesucristo pide a todos que se viva, “Nacer de nuevo va a ser el tema a tratar”, dijo.
El Martes Santo, en la Iglesia la Resurrección del Señor, de la cual es párroco Urquiaga se efectuarán dos misas en las que se presentará la figura de Jesucristo Sanador de los pobres y los más necesitados.
“Jesucristo pasó el tiempo sanando y nosotros también vamos a administrar la unción de los enfermos en dos misas, una para los abuelos y en la tarde otra para los enfermos terminales”, precisó.
Entretanto, el Miércoles, los creyentes recuerdan la figura de Jesucristo camino al Calvario, bajo el rostro de “Jesús el Nazareno”.
Este día, cada año miles de devotos en todo el país y el mundo se visten con trajes morados y realizan largas procesiones para bien sea agradecer algún favor concedido, pedir alguna gracia o simplemente conmemorar ese acontecimiento.
En Caracas, la procesión del Nazareno de San Pablo es la de mayor magnitud e intensidad del país.
El padre Urquiaga invitó a descubrir en el rostro del Nazareno a esas personas, humildes y necesitadas, “no es una estatua de madera, sino el resto de Dios que se manifiesta a través de esas personas necesitadas'.
Asimismo, el Jueves Santo, los devotos celebran La Última Cena del Señor, día en el que se instituye la Eucaristía como sacramento en el cual “Jesucristo se queda vivo entre nosotros cada vez que compartamos el pan”.
Ese mismo día, en las iglesias se acostumbra a dramatizar lo ocurrido aquella noche, cuando Jesús lavó los pies a sus discípulos para enseñarles el valor del servicio al prójimo.
En la actualidad es el sacerdote quien repite este hecho con los asistentes a la celebración litúrgica.
“Ello nos muestra que Jesús siendo Dios vino a servir. Por eso hacemos el lavatorio de los pies, para enseñar que debemos hacer lo mismo que Jesucristo hizo, servirnos los unos a los otros”, explicó el sacerdote.
Mientras, el Viernes Santo, es común observar por las calles del país y en cada comunidad la realización del “Vía Crucis”, acto con el que, estación por estación, la gente revive los pasos y que vivió cristo camino al Calvario.
Generalmente, por cada estación las comunidades que siguen esta tradición realizan reflexiones sobre cada una de las estaciones, equiparándolas a situaciones de la actualidad.
En Ruiz Pineda, “este el día del gran Vía Crucis por las calles de esta localidad, que generalmente se hace dramatizando cada estación”, añadió Urquiaga.
Manifestó que el de esta año reflexionará sobre la violencia dado los los índices que de este flagelo se han reportado durante los últimos años.
“Jesús padece cada vez que hay un muerto, cada vez que hay un joven que mata a otro por una droga”, expresó.
A finales de la semana, el Sábado Santo por la noche se efectúa un acto litúrgico de vital importancia en estas celebraciones: la Vigilia Pascual, acto en el que los creyentes esperan confiados, con alegría y esperanza la Resurrección de Jesús.
Este rito incluye diversas actividades, entre las que destaca el encendido de una hoguera (conocida como el fuego nuevo) de la que se enciende el Cirio Pascual y posteriormente, las velas de todos los asistentes. Ese fuego nuevo, de acuerdo a la tradición representa “el fuego del Espíritu Santo”.
“En la Vigilia Pascual vamos a bailar alrededor del nuevo fuego, que significa el fuego del Espíritu Santo. Leeremos la biblia para fundamentar ese proyecto de Dios, el nuevo Reino que él quiere para su pueblo y renovaremos nuestras promesas bautismales, para salir todos a vivir todos la vida nueva con la resurrección de Jesús”, explicó el sacerdote.
El domingo representa fiesta de la Resurrección y el fin de la Semana Mayor, con la conmemoración del mayor acontecimiento para la religión cristiana, el vencimiento de Jesús a la muerte. “Y al tercer día resucitó de entre los muertos”.
Urquiaga enfatizó que “una Semana Santa que termine en un sepulcro no es Semana Santa, pues ésta tiene que ser una semana de victoria, de gozo y alegría”.
Resaltó que esta y todas las semanas santas por venir representan el “compromiso y la esperanza de que va a haber un mundo nuevo para que sustituya las injusticias”.
“Necesitamos renovarnos interiormente, esa es la gran revolución que hay que hacer. Para lograr un país y una sociedad nueva necesitamos ciudadanos nuevos. Ésta puede ser una semana de felicidad, de vida y renovación”, puntualizó.
La Semana Santa en Venezuela se expresa en símbolos, actos, ceremonias y tradiciones que, con el lento paso de los años, se ha enraizando más y más en el alma colectiva del país.
Agregó que en lo esencial y de acuerdo a las tradiciones populares ésta sigue siendo motivo para pagar las promesas a los santos, visitar la tumba de los deudos, rezar acompañando el Vía Crucis, vestirse de Nazareno, visitar las siete iglesias y seguir las procesiones.
Agencia Bolivariana de Noticias
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