Montones de fe y regocijo
El Domingo de Resurrección o de Pascua es la fiesta más importante para todos los cristianos, quienes conmemoran la Resurrección de Jesús, el hecho que da sentido a toda su religión. Por ello es lógico y contundente el regocijo que invadió a esta comunidad religiosa el día de ayer. Así pues, las personas se aglomeraron en los bancos y sillas de las iglesias, así como en los pasillos, puertas e incluso a las afueras, con el fin de compartir con el prójimo la fiesta pascual.
En la iglesia Santísima Trinidad. Las personas comenzaron a llegar pasadas las 8 de mañana para una misa que comenzaría a las 9, de esa forma pudieron recorrer las instalaciones del templo y pedir a los santos, a la Virgen María y a Jesucristo, personajes religiosos e históricos, en los cuales reposa la fe de la mayor parte del mundo occidental y quienes cuentan con representaciones físicas en cada iglesia de la fe cristiana en el mundo.
La señora Ismenia Rosado, natural de Cumaná pero con más de 20 años viviendo en Unare y asistiendo a esta iglesia expuso el por qué es esta la principal fiesta religiosa de los cristianos en Venezuela y el mundo.
“Cristo triunfó sobre la muerte abrió las puertas del cielo a quienes creyeron y creen en Él. En esta misa se recuerda eso de una manera especial. Se enciende el Cirio Pascual que representa la luz de cristo resucitado y que permanecerá prendido hasta el día de la Ascensión, cuando se conmemora la subida de Jesús al cielo”, explicó.
Por su parte, la Parroquia Nuestra Señora de Coromoto de Los Olivos, también se mostró atiborrada de personas, de fe y de alabanzas, sinónimos de la gran significación que el Domingo de Resurrección continúa teniendo en la comunidad religiosa y la feligresía guayacitana, sin embargo, el espacio físico no se dio abasto para albergar durante la mañana de ayer a todos los participantes de la misa por lo que un buen grupo de personas miró y escuchó al sacerdote y los distintos ritos, desde más allá del umbral de la iglesia.
Ana Manrique, devota cristiana, dijo: “no importa que tengamos que escuchar misa desde la otra esquina, igual vamos a seguir viniendo, porque el día de hoy es demasiado especial para los cristianos católicos, Cristo revivió de entre los muertos y nos dejó su fe, por eso aprovechamos para pedirle que intervenga nuevamente por nosotros, sobre todo en momentos tan difíciles como estos, donde la delincuencia, la pobreza y la mala política están acabando con el país”, sentenció la sexagenaria.
En la iglesia Nuestra Señora del Valle, ubicada en la urbanización Mendoza de Puerto Ordaz, los feligreses también acudieron en gran medida aunque se notó un dejo de tranquilidad, tal vez provocada por el desanimo que la violencia callejera y el mal momento económico han dejado a su paso, justo en el momento de nuestro arribo, los fieles tomaban la ostia y en su mayoría se encontraban en un estado de introspección notable, seguramente pidiendo, orando y reposando los sentimientos enervados para dar paso a la fe renovada que la resurrección de Cristo trae consigo
Aleluyas y alabanzas
Mientras tanto, la Iglesia Inmaculada Concepción, establecida justo frente a la plaza Bolívar de San Félix, fue el recinto donde se dejó ver y sentir mayor ánimo, pues las alabanzas y aleluyas fluyeron de todos y cada uno de los asistentes a la misa. En el lugar, no cabía un alfiler y los gritos y cantos de júbilo eran ensordecedores. Incluso globos y serpentinas tuvieron cabida en esta misa, que como cosa curiosa fue uno de los pocos focos de acción que el siempre congestionado centro de San Félix tuvo el día de ayer. Sin embargo no todo era religiosidad y fe, pues los vendedores y pequeños comerciantes, sobre todo de alimentos se apostaron a las afueras de la iglesia con el fin de saciar la sed y apagar el calor de los feligreses a cambio de unas monedas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario